jueves, noviembre 23, 2006

Sin palabras.

Es fantástico como el hombre puede lograr cosas maravillosas como ésta cuando se lo propone.
Esta danza, está representada por veintiuna bailarinas que forman una larga fila, donde crean para los espectadores, una fabulosa ilusión de la Diosa con múltiples brazos y piernas.
El espectáculo, fue una presentación de gala por parte de la Compañía de Representaciones Chinas de Deficientes Físicos, que fue televisada en vivo en un canal de la China Central, en conmemoración de su Año Nuevo. Se estima que la audiencia llegó al billón de espectadores.
El aspecto más impresionante de todas las integrantes de ésta compañía de danza, es que son deficientes auditivas...
El resultado es un espectáculo digno de admirar y de colmar de aplausos.
Con ustedes, la Diosa de la Misericordia con sus mil brazos...

(Mensaje enviado por Zu, una amiga, a mi buzón)


Comparto con todos esta belleza. No me ha sido posible colocarlo directamente en el Blog, pero os invito a llegar hasta allí:



En Google:
Ballet Chino: Diosa de la Misericordia con sus Mil Brazos

http://www.youtube.com/watch?v=b0KASx32YxI

sábado, noviembre 04, 2006

Pido disculpas, porque a veces callo...




El corazón conoce lo que la lengua nunca podrá proferir, y lo que los oídos jamás podrán escuchar (Gibran) Hoy en día, se pretende acabar con el silencio, hacerlo desaparecer. Al hombre le da miedo el silencio, le provoca escalofríos, pues lo obliga a dar cuenta de sí mismo. Y eso lo inquieta. Sin embargo, lejos de ser un enemigo, el silencio debe ser acogido como el mejor aliado del hombre hoy. El silencio nunca es una actitud egoísta; el verdadero es presencia, no ausencia; fuente de energía e irradiación no ensimismamiento; despliegue no repliegue. En efecto, para derramarse, es indispensable primero llenarse. El silencio no es una amenaza, sino un excelente lugar de encuentro y conexión con lo más profundo de nuestro ser. Sólo así, podremos ir al encuentro con el otro, amándolo con un corazón indiviso, no disperso.


-Kitimbwa Lukangakye-


...y aún cuando a veces, solo a veces, hablo.












Y aunque pueda parecerlo, no soy triste... ¡me encanta platicar, reír y jugar!
Me encanta mirar a los ojos y que me miren a los ojos al hablar ¿verdad que eso es muy, muy bueno?; y ¿ saben qué?: ya mismo les escribo una mirada, una sonrisa, un abrazo y estas palabras, porque es una fiesta el sabernos juntos.

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