miércoles, enero 16, 2008

Dime, Oliverio...

NO SE ME IMPORTA UN PITO...



No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.













Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.



OLIVERIO GIRONDO

12 comentarios:

ybris dijo...

Siempre me cayó muy bien Oliverio Girondo con su humor y sus juegos de palabras.
Y no le falta razón.
Es una pena que las mujeres no sepan volar.
Lo mismo que las mujeres podrían decir de los hombres.

Un beso

Insanity dijo...

Es verdad, pienso lo mismo sobre los hombres ;) aunque cada uno tiene su momento para hacerlo...
Ybris, siempre nos acompañas y la forma de agradecerte es enviándote un abrazo sincero.
Me gusta la gente que juega limpio aún teniendo la oportunidad de hacer lo contrario.
Que tengas un bonito amanecer :)

Ah, volar es lo mismo para todos? jeje...

Carz dijo...

Hola In,

Yo ese texto lo conocí gracias a la película "El lado oscuro del corazón". Desde entonces me leí las obras completas de Girondo y me quedé seducido por el Río de la Plata...

Hace un tiempo estuve por allá y no deejé de evocar los recuerdos no vividos que me imbuyó la película.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

intento nunca bajarme de las nubes...a donde me lleven volando
Besos
Caro

இலை Bohemia இலை dijo...

quien dice que no sabemos volar???

Me encanta Oliverio Girondo, su palabra, su ironía, su sarcasmo, su creatividad, su locura...

Hace tiempo le hice un guiño en mi blog a propósito de este maravilloso poema que me encanta.

http://debohemia.blogspot.com/2006/03/la-que-vuela.html

abrazos voladores!

libertad dijo...

Qué curiosa es la imaginación y qué fondo se le intuye.
Me encantó.
Un beso

Carz dijo...

Pues no sé si una vaca necesita un vaco. Sí sé que yo no necesito una vaca. Y me parece que vos tampoco necesitás un vaco.

¿Ves? vine a reír con vos ;)


Un abrazo.

PS.- Es que Girondo pudo vivir un año adentro de una piedra.

ybris dijo...

Paso a dejarte un fuerte abrazo. Cuando vea Baraca me imaginaré que la vemos juntos. Es un placer estar entre amigos.

Un beso

Patricia Angulo dijo...

Adoro este poema de Girondo, me emociono y me río y veo a su María Luisa con nariz de zanahoria y sus brazos de palmípedo y le entiendo el amor hasta la médula, porque me pasa lo mismo.
Cada vez que lo leo me siento feliz.

A propósito, te invito a que pases, según lo permita tu tiempo por CUATROGATOS, es un blog que hemos abierto junto a unos amigos, puede que te guste.
Entre mis contactos al final de la lista, encontrarás el link.

Te dejo un abrazo, y gracias por esa caricia en palabras que dejaste en mi blog.
Ni que supieras que la estaba necesitando ;)

Gracias In.

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Una chica que conozco y a la que ya no veo solía escribir una de las frases de este poema de Oliverio Girondo.


Gracias In por las veces que te has pasado por mi blog para saludarme. Y siento que lo encontraras abandonado. Ahora te invito a mi nuevo sitio, en el que ya tienes un sitio cómodo para ti para cuando quieras pasarte.

Un abrazo, linda.

Insanity dijo...

Gracias, los quiero mucho, mucho, mucho. Los abrazos suelen darse de diferentes formas y, cuando son sinceros se los siente de una sola manera: en el corazón.
Los beso suave en la mejilla y los abrazo fuerte cada vez que los ssiento más cercanos que nunca, como ahora :)
Mucha felicidad a todos y tidas ;)
In

Lúzbel Guerrero dijo...

¡Grande OLIVERIO!