domingo, enero 27, 2008

Me niego a ponerme título






Este es uno de esos momentos en que mi alma, mi espíritu - o como se llame esa cosa que no se como llamar-, se olvida del encierro de un cuerpo físico, de las barreras que me impongo aunque no quiera y sale, inconteniblemente se me sale, o mejor: me salgo.

Me salgo de la sal. Es algo. Sal (me digo).

Salgo de la sal porque estoy llorando. Más que algo. Entonces siento la certeza de una cierta tristeza...todas las lágrimas saben igual, las lágrimas de todas las mujeres, de todos los hombres, de todos los niños, de todos los ancianos; las lágrimas de los ricos y de los pobres, de los felices y de los infelices, las lágrimas de los sanos y las lágrimas de los enfermos. Todas saben igual.

¿Por qué saben igual?
Igual saben porqué.
Y no me importa si en esta situación se escribe “por qué” o “porqué”; sinceramente no me importa.

Momento como el que describo, momento en el cual me describo y me escribo, así, tal cual, mientras cada una de mis lágrimas me marca el sendero que debo recorrer para llegar junto a vosotros. Destino de los iguales.



Lo mismo ocurre con la risa.
En ambos casos hay que desenjaularse.
Por favor, decidme si me equivoco.

11 comentarios:

ybris dijo...

Pues no. No te equivocas, amiga
Las lágrimas, como la risa hay que comunicarlas.
Para eso hay que desenjaularse.
A veces sucede que al hacerlo descubrimos que visto desde fuera y en buena compañía nada es desesperante justo porque no estamos solos.

Un fuerte y animoso abrazo, In.

Patricia Angulo dijo...

Iba a decir lo mismo que dijo Ybris, pero él lo dijo mejor que yo.
De modo que me quedo acá, calladita enjugando tus lágrimas que en hora buena salen y me quedo esperando una sonrisa, las que seguro vendrán y de hecho, si no has dejado enjauladas a las lágrimas tampoco dejarás en prisión a las risas!

Un abrazo enorme In, cómo vas a estar equivocada abriendo las compuertas de tu alma?

almena dijo...

Estás en lo cierto, querida Insanity. Las jaulas, ni de oro, cuando se trata de dar rienda suelta a lo que se lleva dentro.

Un fuerte abrazo para ti

Carz dijo...

Pues creo que no te equivocas. Pero, aunque estuviésemos los dos equivocados, daría lo mismo. No hay que tener razón para llorar, sólo hay que no poder evitarlo.

Espero que te llegue mi abrazo, no porque tenga una razón para dártelo, sino porque no puedo evitarlo.


PS.- Me has recordado una frase de Saramago en "El Evangelio según Jesucristo": Lloró porque lo hicieron llorar y llorará siempre por ése único motivo.

Anónimo dijo...

Uno tiene que dejar salir el sentimiento, sea alegre, o triste. Es bueno, alivia mucho.

Llora es señal de que hay corazón y sentimiento, y de que aún no han sido capaces de secar tus ojos.

Un beso.

Gracias por enlazarme. Te enlacé.

Simplemente Olimpia. dijo...

No te equivocas...pero la risa tiene distinto sabor...y no sufre el pudor del alma, se muestra sin recelo...y no se enfunda como las lágrimas.

Un beso.

Olimpia.

JUANAN URKIJO dijo...

Supongo que no, que no te equivocas... Te he leído detenidamente y me ha venido esa frase de George Sand que decía que "Dios ha puesto ntan cerca el dolor de la risa que, a veces, lloramos de alegría".

Un beso, amiga.
Y mi agradecimiento por poner nombre a los proscritos que dejé con enorme cariño en CUATROGATOS.

Insanity dijo...

Estamos más cerca de lo que podemos imaginar; mucho me dan, tal vez más de lo que merezco, pero vuestra presencia es una verdadera maravilla, un regalo en mi vida.
Me importo con cada uno de vosotros, y aunque a veces parezco lejana no lo estoy y lo sabéis :)
Besos y abrazos sinceros.
In

Sangre dijo...

...Girondo, que bello acierto...a veces me fui, pero siempre me vuelvo para contemplar lo que dejaron caer los amigos y amigas de siempre...

Un abrazo In.

Te dejo este que seguro conocerás:

"...Yo no sabia que no tenerte,
podía ser dulce como nombrarte para que vuelvas,
Aunque no vuelvas,
y no haya sino tu ausencia,
tan dura como el golpe que me di en la cara pensando en Vos..."

Lúzbel Guerrero dijo...

Lo ha clavado coleguita.
Y como es un diez,
en este sencillo acto,
con el calor del recuerdo
y complicidades viejas,
yo le dedico este:
¡PLÍÑ!

libertad dijo...

No te equivocas. Claro que no te equivocas.
Precisas palabras. Tu lucidez me embriaga.
Un beso y un abrazo