lunes, marzo 10, 2008

A








A.

A modo de despedida. Del libreto personal de A, febrero de 2008, fragmentos:




«La Verdad es aquello que produce resultado.»
BUDA




ALIADOS. Eso es lo que somos, lo que fuimos desde un principio y lo que siempre seremos. No es un compromiso ni una promesa, sino la expresión más íntima de nuestra naturaleza, el único modo en el que mi ser concibe y siente que puede estar ya en el mundo.


[...] Vivimos en un mundo en el que las cosas suceden a gran velocidad y el vértigo hace que muchas veces no reparemos en la lentitud de cierta belleza, en los detalles más frágiles de la historia. Por eso, y por el uso continuado y repetido de ciertas palabras en nuestra vida, algunas de ellas se gastan como lápices usados que cada vez van dejando un trazo más grueso y difuminado. Algunas de esas palabras pierden el filo y ya no nos sorprenden como antaño o, lo que es más importante, ya no les damos el mismo crédito.


[...] Y es que podemos asegurar muy pocas cosas en esta vida, porque la Verdad misma es un animal huidizo que va lanzando señuelos, y al tratar de descifrarlos perdemos demasiado tiempo, demasiada energía. Casi siempre las cosas son mucho más sencillas, y si realmente deseamos algo, vamos a por ello. Pero a veces no todo depende de nosotros, y aunque la fuerza de voluntad, el deseo y la esperanza sean capaces de incidir en la realidad misma para cambiarla, en ocasiones es esta la que nos moldea a nosotros, con un golpe inesperado del destino del que no podemos escapar. Lo encajaremos y superaremos o nos dejará abatidos, eso depende de nuestra fuerza interior. La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae. La vida nos pone delante las oportunidades para crecer o vivir algo intenso, para trascender, y sólo de nosotros depende aprovecharlas. Uno ha de ser valiente para no arrepentirse de haber dejado escapar algo, cuando tuvo su momento. Porque nunca sabrá qué hubiera sucedido. Y sólo hay dos maneras de conseguir evitar ese arrepentimiento: el olvido o la apuesta, dejarse vencer o dejarse ir, conformarse o luchar. Seguir la inercia de las cosas o marcar el propio ritmo, aunque cada elección suponga una renuncia y cada camino escogido deje atrás otros aún desconocidos.


*

AFINIDAD.
Una palabra amable que define aquellas cosas que alguien puede tener en común con otra persona. Un concepto que va directo al plano mental que nos hacemos del otro, sus gustos, sus costumbres, sus maneras, sus valores, todos aquellos mecanismos que hacen que una convivencia funcione, que ese pacto implícito sea conveniente y propicio para las dos partes. Pero a veces todas esas cosas dependen de factores tan frágiles, tan cambiantes, que uno no sabe si pertenecen más al ambiente, a la cultura en la que hemos crecido, a la herencia personal de cada uno, y a la voluntad de que las cosas funcionen a toda costa, que a nuestra verdadera esencia.

No miramos más que a través de un prisma heredado, y muy pocas veces logramos dar rienda suelta a nuestra verdadera mirada, aquella que nos revela al instante la naturaleza más íntima de las cosas, sin necesidad de pensarlas dos veces. Uno sabe cuándo tiene delante algo que le conmueve, sin tener que meditarlo. Uno percibe cuándo lleva dentro un sentimiento sincero, sin que le haga falta explicarlo, ni explicárselo a sí mismo, sobre todo. Hay cosas que suceden sin más, tan claras como el día y tan bellas como el ocaso, aunque nuestra mirada no acierte siempre a verlas, tras ese velo de nubes que la normalidad ha tejido con los años.

¿Quiénes seríamos si nuestra naturaleza pudiera conservarse intacta? ¿Llegaríamos a ser de veras alguien si no hubiéramos recibido todas esas influencias, conscientes o no? Nuestra personalidad se va formando por una combinación de ambas fuerzas, el exterior que nos va puliendo y el interior que se va definiendo cada vez más, conforme el tiempo y la experiencia van haciendo su trabajo.


[...] No puedo decirte si la afinidad sustenta o no las relaciones humanas, no sé si lo que construye de veras una convivencia feliz reside sólo en esas cosas, la conveniencia de un modo de vida, la tolerancia con el espacio propio del otro. Mi experiencia me dice que sí, que todo eso no sólo es útil, sino muy necesario. Pero también mi voz interior me deja claro que cuando un alma se siente en comunión con otra, a un nivel tan íntimo, todo lo demás deja de importar, todo lo demás acaba encajando, entrando en armonía por una suerte de ley natural.


*

ACTUAR.

[...] Vivir es actuar cuando la vida nos da pie, porque no hemos venido a ser espectadores, sino a escribir nuestra propia historia, el guión original que sólo nosotros podemos idear para ser felices, dignos y completos. Todos los seres humanos tenemos una responsabilidad con nuestra propia felicidad, y no podemos traicionarla con las estrategias de la mera supervivencia, ni mucho menos con el miedo. Vivir requiere valor, actuar requiere valor, pero sólo entonces nuestra vida se convierte en algo valioso de veras, en aquello que realmente vinimos a hacer a este mundo. Y si todos nos atrevemos a ser audaces, a no traicionar nuestra felicidad, conseguiremos además una realidad mejor, sin reproches, sin culpas que achicar en otros, un mundo en el que cada uno será responsable de su propia sabiduría, aquella que poco o nada tiene que ver con lo que cualquier persona normal esperaría de nosotros, ni con lo correcto o lo cabal —que suelen ser puntos de vista ajenos— sino con lo que nuestro ser interior necesita realmente para crecer en plenitud.


*

ATRAVESADO.

[...] Tengo miedo.
Tengo miedo de no ser valiente y arrepentirme después.
Tengo miedo de tener miedo y arrepentirme siempre.
Tengo miedo de ser demasiado valiente y estropear algo.




Publicado por Sergi Bellver el 26.2.08 37 huellas

Matices: De mi sed, Literalidad

7 comentarios:

ybris dijo...

Dan para mucho las palabras que empiezan por A.
Lo difícil es poner en práctica lo que significan.

Un fuerte abrazo.

Abel Granda dijo...

Magnífica elección querida In; he disfrutado mucho de la postura y el sentido común de Monsieur Bellver. Gracias por acercarnos sus palabras.

Patricia Angulo dijo...

In, no sabés, no imaginás cuánto necesitaba leer estos párrafos que elegiste, lo que significan estas palabras en mi vida de hoy, donde me siento
particularmente "atravesada" por el miedo.

Besos y gracias por este post.

libertad dijo...

Precisas definiciones.Impecables. Muy acertadas. Yo a veces pienso que sería necesario crear un diccionario para describir cómo tú lo haces estados de ánimo o sensaciones o pensamientos.
Un beso fuerte
Gracias

Anónimo dijo...

Me ha encantado el texto...

Un beso muy grande.

Simplemente Olimpia. dijo...

Tan cierto....como in-fundado.
Es decir, todo lo que exponen estas palabras podia escribirse como decálogo de verbos diarios. ..pero también como ausencias de vida...por que por mucho que accionen a veces nos paralizan.

OLimpia.

ZenyZero dijo...

Y por qué el abecedario empienza por "a"?? Yo lo empezaría por la ache que no suena y que también empieza por "a".

Y escribiría "Habrazos, hamiga"

Me gusta!!
Chuff